La electrificación de las flotas ha dejado de ser una tendencia para convertirse en una realidad.
La gestión de flotas está viviendo una auténtica revolución. Los grandes cambios que vive el sector de la automoción, unidos a la necesidad de las flotas de ser más eficientes, sostenibles y adaptarse a un entorno que cada vez cambia más rápido, está llevando a los gestores de flotas a replantearse sus estrategias. En este contexto de cambio, surgen nuevas oportunidades.
Costes, seguridad y datos
Hoy en dÃa, reducir el coste total de propiedad ya no pasa únicamente por negociar buenos precios con nuestros proveedores. Requiere conocer lo que ocurre en tiempo real en la flota, anticiparse a los fallos, identificar hábitos de conducción ineficientes, mejorar la planificación de rutas y tomar decisiones basadas en datos. La información se ha convertido en el principal activo para quienes gestionan flotas y vehÃculos.
El mantenimiento predictivo, por ejemplo, es un buen exponente de este cambio. Detectar a tiempo el desgaste de un neumático o prever una averÃa mecánica permite evitar paradas imprevistas y mejorar la seguridad, algo especialmente crÃtico en sectores como el reparto o los servicios técnicos, donde el vehÃculo es el eje de toda la operativa diaria.
La digitalización está permitiendo esto, pero no sin resistencias. Algunas empresas aún se muestran reticentes a implantar soluciones telemáticas por cuestiones de privacidad. Es comprensible: cuando se introducen tecnologÃas que recogen datos de los vehÃculos, es necesario hacerlo con transparencia y dejando claro que el objetivo no es el control de las personas, sino la mejora del servicio y la seguridad. Hoy en dÃa, existen herramientas que permiten gestionar una flota cumpliendo rigurosamente con la normativa de protección de datos, como el RGPD.
La electrificación, un proceso inevitable (y lleno de matices)
En los últimos años, la electrificación ha dejado de ser una tendencia futura para convertirse en una realidad. Sin embargo, electrificar una flota no es simplemente cambiar un vehÃculo de combustión por uno electrificado. Requiere un análisis detallado de la operativa: qué trayectos se hacen, con qué frecuencia, dónde se recarga, cuántos kilómetros se recorren... En este sentido, la telemática es una herramienta clave para tomar decisiones fundamentadas.
Muchas empresas que inician la transición eléctrica lo hacen tras haber analizado estos datos previamente. De hecho, es común que los primeros pasos hacia la electrificación se apoyen en herramientas que permiten determinar qué vehÃculos pueden ser sustituidos sin que la productividad se vea afectada. Además, surgen nuevas necesidades: gestionar las recargas, planificar rutas eficientes teniendo en cuenta la autonomÃa o incluso anticiparse a la degradación de las baterÃas.
Según nuestra experiencia en Bridgestone, las flotas valoran especialmente poder centralizar todos estos aspectos en soluciones integradas, que les eviten tener que coordinar múltiples proveedores o plataformas.
El papel emergente de la inteligencia artificial
Uno de los avances más prometedores que estamos viendo es la introducción de inteligencia artificial (IA) en la gestión diaria de las flotas. Se trata de un cambio que todavÃa está en sus primeras fases, pero que ya empieza a ofrecer beneficios tangibles.
La IA puede ayudar a analizar patrones de uso y prever averÃas antes de que ocurran, detectar comportamientos ineficientes o incluso asistir a los conductores en la recarga de vehÃculos eléctricos, sugiriéndoles las estaciones más adecuadas según la autonomÃa disponible, el tráfico o las entregas pendientes.
En nuestro caso, hemos empezado a probar herramientas basadas en IA generativa que permiten a los gestores consultar directamente a un asistente digital, obteniendo análisis y recomendaciones personalizadas en cuestión de segundos. El objetivo es que la tecnologÃa no sea una barrera, sino un facilitador que se integre de forma natural en el dÃa a dÃa.
España ante el desafÃo digital
España ha avanzado mucho en la digitalización de las flotas, pero todavÃa queda camino por recorrer. Comparado con paÃses como Alemania, PaÃses Bajos o Reino Unido, seguimos un paso por detrás, especialmente en el segmento de flotas ligeras. Aun asÃ, la tendencia es clara: la conectividad y la electrificación están acelerando este proceso, y todo indica que cerraremos esa brecha en los próximos años.
Lo que sà hemos aprendido es que el cambio no puede abordarse desde una única dimensión. Las flotas que logran adaptarse mejor no son necesariamente las que adoptan más tecnologÃa, sino las que integran soluciones adaptadas a sus necesidades reales, con una visión estratégica y progresiva.
Fuente: Hibridosyelectricos.com