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Cómo hizo Tesla para ser más valiosa que GM y Ford juntas

Publicado 31 Ene 2020
Cómo hizo Tesla para ser más valiosa que GM y Ford juntas


Tesla pasó por un momento crítico a mediados de 2019 incapaz de presentar beneficios. Tras un otoño frenético, la compañía se dispara y afronta el 2020 como un gran reto.

En mayo de 2019 Tesla tocó fondo. La firma de Palo Alto, California, vivía sus peores momentos desde que irrumpió en el mercado automovilístico con sus autos eléctricos. Ese mes fue el final de un camino de penurias marcado por las incesantes polémicas alrededor de Elon Musk, su CEO, las batallas con la SEC (el regulador del mercado estadounidense), balances económicos negativos, problemas de producción? Solo la promesa de que mejoraría por parte de Musk, uno de los directivos más carismáticos desde Steve Jobs, mantenía a flota a la compañía, aunque incluso su credibilidad se estaba derrumbando.

El mes de mayo del año pasado, Tesla registró su peor precio por acción de los últimos años: 185,16 dólares. Esa cifra dejaba su capitalización en 33.374 millones de dólares, es decir, por debajo de General Motors y Ford, las otras dos grandes compañías automovilísticas estadounidenses. A ese valor se llegaba tras un año muy complicado para la firma, en el que Elon Musk tuvo que dejar la presidencia tras acordarlo con la SEC para evitar una demanda y en el que la incapacidad para cumplir sus objetivos con el Model 3, un vehículo clave para su rentabilidad, y presentar beneficios provocó desconfianza entre los inversores.

La situación era tan complicada que incluso se presentó el Model Y, el SUV basado en el Model 3, años antes de su lanzamiento para intentar reconducir la situación. Entonces, quemando efectivo sin parar, la mayor fuente de ingresos para la marca eran los depósitos de las reservas del Model 3, el Model Y, el Roadster y el Semi, el camión, que cobraba a los interesados en hacerse con uno. La situación, como admitiría el mismo Musk posteriormente, era límite.

Beneficios inesperados

La dimisión de su CTO, director tecnológico, y un nuevo balance económico negativo ese mismo mes terminaron por hundir la compañía. Sin embargo, en una nueva estrategia consistente en prepararse, en silencio, para la conquista del mercado chino con su nueva fábrica de Shanghái y en adaptar la oferta del Model 3 a sus limitaciones productivas terminó por dar resultado.

En octubre, Tesla sorprendió presentando mejores números. Tras ingresar 6.300 millones de dólares, mientras los pronósticos esperaban pérdidas, Musk anunció beneficios y, lo que es más importante, la inminente apertura de su planta de Shanghái, construida en 10 meses. Tesla se convertía en la primera marca extranjera en poder producir en China sin asociarse con compañías locales y, fruto de las grandes relaciones con el ejecutivo de Xi Jinping, se le perdonaba un impuesto del 10% sobre los vehículos vendidos en el país.

Mientras, el otoño boreal avanzaba a buen ritmo y su valor en bolsa se recuperaba para volver a llegar a cifras más habituales, superando los 300 dólares por acción y alcanzando los 60.000 millones de dólares de valor total. 

El año terminó con el anuncio de las primeras entregas del Model 3 "made in china" y de la localización de su próxima fábrica, Alemania. Asimismo, Tesla anticipó que el Model Y llegaría antes de lo esperado y presentó el Cybertruck, una pick-up eléctrica. El resultado, un final de año con su valor disparándose hasta superar holgadamente los 500 dólares por acción, es decir, rondando los 100.000 millones de dólares (90.243 millones de euros).

Estrategia no tan loca

Actualmente, el valor de Tesla es de más de 92.000 millones, más que el de GM y el de Ford juntos, y los analistas predicen que llegarán a los 100.000 si el balance económico del cuarto trimestre de 2019, que se presentará próximamente, es positivo. Lejos de ser un hito más que recompense el buen trabajo de los últimos meses, esta cifra se podría traducir en un sueldo de 346 millones de dólares para Elon Musk.

Desde enero de 2018, Musk no cobra por su cargo de CEO de Tesla, sino que tiene su compensación ligada a los objetivos de la marca. Los accionistas de Tesla aprobaron un nuevo marco de remuneración del directivo en el que solo cobraría si conseguía objetivos entonces impensables para la compañía. Desde 2018 y hasta 2026, el deseo de la compañía es llegar a un valor de 650.000 millones de dólares.

Así, Musk cobrará en función de ir cumpliendo objetivos hasta llegar a los deseados 650.000 millones. El primero que debe conseguir es alcanzar, y mantener, 100.000 millones, cifra que es muy probable que rebasen en las próximas semanas. De conseguirlo, el directivo sudafricano ganará 346 millones de dólares. A partir de entonces, cada 50.000 millones recibirá una nueva compensación igualmente llamativa.

El próximo balance económico, que llegará acompañado de datos de producción y ventas en China, se antoja vital para las aspiraciones de Tesla. A partir de ahí, la firma debe consolidarse en el Gigante Asiático y llegar a Alemania. Para convencer a los inversores, Musk tendrá que demostrar que el pasado trimestre no fue un oasis en el desierto, sino la prueba de la solvencia y la rentabilidad de la marca. De no hacerlo, los inversores retirarán de nuevo su confianza en la compañía. Cabe recordar, además, que 2020 debería ser el año del lanzamiento del nuevo Roadster, del que se habla poco, y del Semi, el camión, por lo que será un ejercicio, de nuevo, plagado de retos en Palo Alto.

Fuentes: EFE, Neomotor, Tesla

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