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Un nuevo invento convierte los diésel en motores de hidrógeno ecológicos

Publicado 14 Oct 2022
Un nuevo invento convierte los diésel en motores de hidrógeno ecológicos


Un grupo de investigadores ha encontrado la manera de convertir los diésel en vehículos ecológicos usando hidrógeno en un 90%, reduciendo la emisión de CO₂ en un 85%.

Un nuevo sistema convierte los motores diésel existentes en sistemas que consumen hidrógeno al 90%, reduciendo las emisiones de CO2 en más de un 85% respecto al mecanismo original y a la vez aumentando la eficiencia del vehículo. Según sus inventores, el mecanismo patentado podrá llegar al mercado en sólo ”uno o dos años”.

Aunque emitir un 15% de CO2 no es la polución cero que ofrece un motor con pila de hidrógeno, la posibilidad de reconvertir la flota mundial de vehículos diésel a un coste reducido y eliminar el 85% de las emisiones tendría un impacto extremadamente importante en el medioambiente y en los bolsillos de empresas y autónomos. Además, aseguran, este nuevo sistema reduce la emisión de óxidos de nitrógeno (NOx) también por debajo del nivel del motor diésel sin modificar.

Doble inyección...

Su invento — según muestra el estudio publicado por un equipo de ingenieros de la Universidad de Nueva Gales del Sur, Sydney, en el diario científico revisado por pares International Journal of Hydrogen Energy — es un sistema de inyección dual con el que el motor original pasa a utilizar 90% de hidrógeno y 10% de diésel. El líder del proyecto — el Profesor Shawn Kook de la Escuela de Ingeniería Mecánica y de Fabricación de esta universidad australiana — afirma que, aunque hay otros sistemas que convierten motores de combustión existentes a motores de hidrógeno, éstos no son eficientes y son potencialmente peligrosos. Su arquitectura, asegura, no tiene esos problemas.

Su sistema mantiene el mecanismo de inyección de diesel original en el motor “pero añade una inyección de combustible de hidrógeno directamente en el cilindro”. Esto, que es posible gracias a un nuevo mecanismo de control electrónico, es una de las claves no sólo de su seguridad y eficiencia adicional, sino también de la reducción del NOx, dice Kook: "Si sólo pones hidrógeno en el motor y dejas que todo se mezcle, obtendrás muchas emisiones de NOx, que es una causa significativa de la contaminación del aire y la lluvia ácida. Pero, si lo haces estratificado, es decir, en algunas áreas hay más hidrógeno y en otras hay menos hidrógeno, entonces podemos reducir las emisiones de NOx por debajo de las de un motor puramente diesel". Los investigadores también recalcan que su sistema no requiere el hidrógeno de alta pureza que necesita un vehículo de pila de hidrógeno, que es más caro de producir. Comenzarán a implementarlo, aseguran, en vehículos para el transporte por carretera, mar y ferrocarril, así como agricultura, minería y otras actividades industriales.

...y ventaja doble

Si funciona realmente como lo describen, este nuevo invento representaría quizás la forma más racional de enfrentarse al problema de las emisiones sin hipotecar el futuro del planeta. Apostar exclusivamente por el coche de baterías es inviable, dada la interminable lista de problemas a medio y largo plazo que traen en el maletero: desde la escasez del litio que causará un nuevo orden mundial controlado por China al traslado de la polución de los países ricos a los más vulnerables, pasando por el esclavismo y la explotación infantil en minas de materia prima para producir baterías, por no hablar de la glacial velocidad de carga, su autonomía limitada o el peligro del litio. Los vehículos de combustión 100% de hidrógeno que van a fabricar Toyota o BMW pueden ser una solución viable, pero seguirán teniendo un coste extra para los usuarios, que tendrán que comprar un nuevo vehículo. También para el medioambiente: aunque su coste ecológico es mucho más reducido que el de baterías — cuya construcción, según Volvo, es un 70% más contaminante que un coche combustión — siempre será mejor reconvertir un vehículo existente que producirlo nuevo.

Los vehículos de pilas de hidrógeno serían, sobre el papel, la solución casi perfecta a pesar de que usen pequeñas pilas ‘buffer’ para regular el flujo de electricidad al sistema motriz. Pero, aunque baje el Coste Nivelado de la Energía (LCoE en sus siglas en inglés) de la producción del hidrógeno con energías renovables, los expertos estiman que todavía queda bastante para que éstos se extiendan. Para hacerse una idea, China quiere un millón de vehículos de hidrógeno en las calles en 2035. Los japoneses, 800.000 vehículos para 2030. EEUU espera tener cinco millones de coches de hidrógeno activos para 2050. Y en Europa se rumorea que la UE quiere que haya 4,3 millones de este tipo de vehículos para 2030. Por eso, Kook apunta que este sistema de inyección puede ayudar rápidamente a recortar la polución con un coste bajo: "Poder adaptar los motores diésel que ya están ahí fuera es mucho más rápido que esperar el desarrollo de sistemas de pilas de combustible completamente nuevos que podrían no estar disponibles comercialmente a mayor escala durante al menos una década".

Fuente: El Confidencial

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