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El coche eléctrico contamina más que el híbrido, según Toyota

Publicado 16 Jun 2025
El coche eléctrico contamina más que el híbrido, según Toyota


Akio Toyoda, presidente de Toyota, no rehúye de la polémica y expresa sin tapujos su opinión sobre el coche eléctrico.

En recientes declaraciones a la prensa durante un evento en el que estuvo presente, Akio Toyoda (quien es nieto de Kiichiro Toyoda, el fundador de Toyota Motor Corporation) suscitó de nuevo la polémica en la industria del automóvil. Sus comprometidas palabras vuelven a ser una afrenta a la movilidad eléctrica a la que se encuentra virando casi todo el sector en los mercados más maduros y desarrollados, estando el europeo a la cabeza con base en diversas normas y amenazas de prohibiciones de los coches con motor de combustión. Sin embargo, el ex CEO, pero todavía presidente del mayor fabricante de vehículos del mundo lo tiene claro: los coches eléctricos no son el futuro o una solución ecológica.

Según Toyoda, 9 millones de coches eléctricos contaminan tanto como 27 millones de híbridos

El magnate nipón, desde que algunos políticos y grupos de presión tratasen de forzar una gran transición energética en automoción, ha mostrado una postura particularmente crítica hacia la tecnología totalmente eléctrica en coches. Sus últimas afirmaciones no hacen sino ratificar su inclinación hacia los híbridos como opciones mucho más inteligentes si lo que se pretende es mejorar rápida, eficaz y económicamente la calidad del aire del planeta y el efecto invernadero que este sufre a razón de las emisiones de CO2.

Toyoda dice sin tapujos que 27 millones de híbridos, como los que ya ha hecho su compañía, pueden generar el mismo ahorro en términos de dióxido de carbono que 9 millones de coches 100% eléctricos, es decir, una tercera parte en volumen constructivo, por no hablar de que los coches eléctricos cuentan, por ahora, con una tecnología mucho más incipiente y con menor capacidad para cubrir el mayor número de necesidades de los conductores. Esta especie de ataque llegaría a constituir una novedad si viniese de otra parte, pero no es el caso de este mandamás japonés.

Su discurso, aunque eclipsado con la llegada de un nuevo director ejecutivo a la multinacional asiática que apostó un poco más por los BEV (de hecho, lanzó el Toyota bZ4X y ha ya anunciado un nuevo Urban Cruiser eléctrico), sigue poniendo en tela de juicio las estrategias que aplica casi toda su competencia, considerando que la carrera hacia la masificación de esta clase de coches podría estar pasando por alto una solución más práctica, sostenible y barata. Se entiende así:

Según Toyota, los materiales necesarios para fabricar un solo turismo eléctrico podrían usarse en su lugar para producir seis híbridos enchufables (PHEV) o noventa híbridos convencionales, es decir, no enchufables (HEV). Esto es conocido como la regla 1:6:90 de la casa oriental, que asegura que esas nueve decenas de híbridos normales (los que no requieren cables para cargar su batería) ofrecen una reducción de CO2 durante toda su vida útil hasta 37 veces superior que un único BEV, lo que plantea un cuestionamiento esencial sobre cómo está transformándose la industria automotriz desde hace ya una década.

La relación tres a uno que indica Akio Toyoda pone de relieve una realidad que se pasa muchas veces por alto cuando se habla de contaminación en términos potenciales. Un coche eléctrico, salvo las partículas que emiten sus frenos y neumáticos al desgastarse, no emite materia a su entorno, pero claro, a nivel local. Tanto su fabricación, que incluye multitud de minerales muy escasos y costosos de extraer, como la electricidad con la que se crea y recarga su batería, que será tan limpia como su origen o fuente, pueden sumar más emisiones de CO2 «de la mina a la rueda» que un HEV o un PHEV. Este argumento también es defendido por muchos expertos.

Esto cobra especial importancia y efecto cuando se conoce que China produce ya el 70% de los vehículos eléctricos de todo el mundo, fruto de su inmensa experiencia en esta tecnología, su extraordinaria inversión en I+D para consolidarse como líder global en BEV y una mano de obra mucho más barata respecto a Europa, por no hablar del casi absoluto control de la cadena de suministro del litio y otros componentes químicos. Sin embargo, también se conoce que esa nación tiene una distribución energética muy poco ecológica, con un mix primario (esto incluye la demanda de calefacción, transporte y electricidad en el país) de aproximadamente un 61% de carbón y un 18% de petróleo. Allí, las renovables y la nuclear sólo suponen el 13% del total.

Sin mencionar esto explícitamente, lo anterior es el motivo por el que Toyoda sentenciaba que si su empresa hubiese fabricado 9 millones de vehículos eléctricos en Japón, en realidad habría aumentado las emisiones de CO2, pues ese archipiélago depende de centrales térmicas para generar electricidad (además de que las prisas hubiesen destruido muchos puestos de trabajo). Sólo el tiempo dirá quién tenía la razón sobre ello.

Fuente: Autocasión

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